PERIODONCIA
ESPECIALIDADES DENTALES
La enfermedad periodontal se produce a raíz de un mal cuidado de las piezas dentales que origina placa. Se detecta al observar inflamación, irritación y sangrado en las encías, lo que conocemos como gingivitis.
Si no se trata a tiempo puede derivar a periodontitis, y si la placa transformada en sarro consigue penetrar por la encía hasta la raíz del diente, se transforma en una enfermedad periodontal grave.
Los resultados son la debilitación del diente y su posterior pérdida, por ello es tan importante un rápido y adecuado diagnóstico y acudir a nuestra clínica cuando sientas los síntomas anteriormente descritos.
“En Clínica Dental Araujo tenemos el tratamiento periodontal que necesitas.”
PREGUNTAS FRECUENTES
Las más frecuentes son la gingivitis y la enfermedad periodontal.
La gingivitis la podemos describir como un proceso inflamatorio pasajero y leve en las encías
La enfermedad periodontal ,en cambio, se podría definir como la evolución de la gingivitis cuando no se le pone remedio y se generaliza. Puede ser un proceso agudo en el que sus síntomas aparecen bruscamente de un día para otro y puede manifestarse con dolor, o también puede ser crónico y entonces sus síntomas se manifiestan lenta y progresivamente.
La causa más importante de la gingivitis y de la enfermedad periodontal suele ser un mal cuidado de la boca, en concreto una mala higiene. Si se realiza mal entonces se produce un aumento de la placa bacteriana alrededor de los dientes y de las encías causando la inflamación de éstas.
Otra causa importante es la herencia. No es que heredemos la enfermedad como tal, pero sí que heredamos el tipo de encía que nos puede hacer más propensos a padecer de las encías, así hay personas que tienen las encías más delicadas que otras
Se detecta al observar inflamación, irritación y sangrado en las encías, lo que conocemos como gingivitis. Si no se trata a tiempo puede derivar a periodontitis, y si la placa transformada en sarro consigue penetrar por la encía hasta la raíz del diente, se convierte en una enfermedad periodontal grave.
Pueden sangrar cuando se produce una herida localizada por un pinchazo o un rasponazo con algo que nos haga daño, pero ese sangrado desaparecerá cuando la herida cicatrice. En la gingivitis y enfermedad periodontal se produce sangrado espontáneo o cuando nos cepillamos los dientes con suavidad, ello se debe a que la encía en esos casos ha perdido la queratina que debe tener cuando está sana. La encía sana posee en su capa más superficial una capa de queratina que es la que le da un aspecto brillante y sonrosado. En cambio la encía inflamada pierde esa capa de queratina y su aspecto es más rojizo.
Además la encía sana está adherida al diente que recubre y no se desplaza con facilidad cuando la tocamos , sin embargo la encía inflamada tiene las papilas agrandadas y se mueven cuando las intentamos mover con un cepillo o un explorador en la clínica.
Por otro lado cuando las encías están sanas siguen una morfología festoneada alrededor de los dientes, formando papilas interdentales con ángulos bien definidos entre los dientes, mientras que las encías inflamadas no conforman un festoneado tan bien definido y cuanto más inflamadas están ,más aplanado es su contorno.
Los resultados son la debilitación del diente y su posterior pérdida, por ello es tan importante un rápido y adecuado diagnóstico y acudir a nuestra clínica cuando sientas los síntomas anteriormente descritos.
La consecuencia más inmediata de la enfermedad periodontal es la pérdida del hueso alveolar de los maxilares. El hueso alveolar es la parte ósea del maxilar que está en íntimo contacto con los dientes y se conecta con ellos a través del ligamento periodontal. Podemos entonces decir que cada diente forma una articulación con el maxilar correspondiente, constituye una articulación bastante rígida, pero no completamente, en condiciones normales existe una casi imperceptible movilidad del diente, ello se debe a la interposición del ligamento periodontal. Las funciones del ligamento periodontal, aparte de la de unir diente y maxilar son sensitivas pues existen receptores de presión, de temperatura y otros que se encargan de captar sensaciones que son enviadas al sistema nervioso central donde son procesadas y sirven para adecuar la presión a realizar en los movimientos de masticación dependiendo del alimento que se mastique. Sin embargo el punto de mira en la enfermedad periodontal se centra en el surco gingival. Como su nombre indica, es un surco que se forma en la parte del diente más cercana a la encía, es en su parte más profunda donde comienza la unión entre el diente y el hueso alveolar y donde la encía toma contacto con el diente también. Al ser una cavidad húmeda existe líquido en su interior, este líquido está compuesto por saliva y un amplio repertorio de gérmenes que constituyen lo que se llama placa bacteriana. Dentro de los gérmenes que la forman existen algunos que son saprófitos y son beneficiosos para la salud de nuestras encías, pero hay otros que son patógenos y son los causantes de la gingivitis, dando después comienzo a la periodontitis.
El sarro es el otro componente que provoca la enfermedad periodontal.
Es este un conglomerado de placa bacteriana y sales de la saliva que precipita y se pega a la superficie de las raíces de los dientes a la altura del margen gingival y en el interior del surco gingival hasta su parte más profunda, taponando el efecto positivo del cepillado pues impide que la placa bacteriana se pueda remover. A partir de ahí, si no se hace nada por evitarlo, el surco gingival se va ampliando y el hueso alveolar se va perdiendo. Aunque existe la periodontitis aguda, que cursa con síntomas dolorosos e incómodos, normalmente es la periodontitis crónica la más frecuente y su curso es solapado e indoloro, muchas veces su único síntoma es el sangrado de las encías.
Lo más importante es realizar revisiones periódicamente, porque la mejor manera de tratarla es combatir su aparición con un tratamiento precoz.
Pero una vez aparecida la enfermedad, se trata de realizar un diagnóstico adecuado. Este diagnóstico lo llevamos a cabo mediante una anamnesis e historia clínica además de un estudio radiográfico mediante ortopantomografía y radiografías simples con las cuales se elabora un mapa ”físico” del relieve de las crestas óseas alveolares, examinando lo que llamamos periodontograma, el cual se le explica al paciente con detenimiento enseñándole en qué regiones se ha perdido más hueso alveolar. Este protocolo de diagnóstico e información detallada para cada paciente es lo más importante dentro del comienzo de un buen tratamiento, pues es la concienciación del problema lo que va a hacer que la enfermedad se detenga. Dentro de las pautas terapéuticas el tratamiento consiste, además de la concienciación, en la retirada del sarro que se ha pegado a la superficie de las raíces. Hace años esto se realizaba mediante cirugías que consistían en retirar la encía y, con las raíces al descubierto, realizar raspado de su superficie. Hoy en día disponemos de aparatos específicos para realizar el mismo tratamiento sin necesidad de cirugía.