Araujo

 

En este artículo presentamos un caso en el que una infección en un diente ha provocado una gran pérdida ósea.

Como primera opción le hemos dado al paciente el tratamiento de endodoncia. La segunda opción sería la extracción, regeneración ósea con injerto y membrana y la colocación de un implante.

Tras el diagnóstico radiográfico y clínico, hemos descubierto una gran pérdida ósea relacionada con el ápice del primer premolar inferior derecho. En las imágenes se ve osteólisis que incluye lámina ósea interna y externa perforando por completo la mandíbula. Las manifestaciones clínicas apenas revelaban dolor, pero sí se veía una fístula en la región vestibular.

Aquí abajo mostramos la imagen panorámica de la primera cita:

Para completar el estudio, le hicimos un CBCT (radiografía en 3 dimensiones):

 

Aquí se ve perfectamente la gran pérdida ósea en los diferentes cortes y el renderizado a la derecha. A la izquierda, el corte sagital nos ayuda a realizar la endodoncia, pues el conducto radicular estaba calcificado parcialmente.

En la primera fase del tratamiento, realizamos la pulpectomía y limpieza del conducto para eliminar la infección en varias sesiones. Es necesario acompañar las sesiones con tratamiento antibiótico por vía oral.

A continuación mostramos la conductometría y la finalización de la endodoncia:

Al cabo de dos meses, vemos en la radiografía de control como la lesión va desapareciendo:

Y después de 7 meses, observamos que el hueso está casi regenerado por completo:

Clínicamente, la fístula ha desaparecido y hay ausencia de dolor.

 

Como conclusión podemos decir, en este caso concreto, que el tratamiento de endodoncia ha arrojado un resultado muy bueno y muy conservador. Esto si lo comparamos con la otra opción terapéutica, que sería la extracción de la pieza y la necesidad de regeneración ósea con injerto y colocación de un implante para restaurarla.

Merece la pena resaltar la diferencia que hay entre lesiones granulomatosas y quísticas. Las primeras se resuelven sin cirugía, consiguiendo a través de la endodoncia la regeneración ósea. Las lesiones quísticas, por el contrario, precisan de cirugía periapical (apicectomía y quistectomía) para eliminar la infección. Las probabilidades de éxito a largo plazo de las apicectomías no son tan altas como en el caso que hemos descrito.